viernes, 20 de junio de 2008

Comienzo de curso

De nuevo he dejado abandonado el blog durante otra temporadita. Estuve como mes y medio en España, pero ya estoy de regreso por tierras gujaratis.

En España el curso escolar está a punto de terminar. Por aquí, sin embargo, acaba de comenzar. Los meses más calurosos son los de abril y mayo y por eso es en esas fechas cuando las escuelas tienen las vacaciones de verano.

En la foto se ve a un grupo de niños y niñas haciendo cola para entrar a clase en una escuela en Vadodara. La escuela es mixta pero, como se ve, en la cola los chicos están separados de las chicas. También se sientan separados en clase, los chicos en unas filas y las chicas en otras. Incluso en el patio estaban jugando o hablando en grupos separados. Les pregunté a unas niñas si no se juntaban con los chicos durante los recreos y me dijeron que no. Una decía que era porque tenían gustos distintos: a los chicos les gusta correr y la actividad física, mientras que las chicas prefieren hablar con sus amigas. Sin embargo, otra chica me contó que no se juntaban con los chicos porque el director se lo prohibía. Esta explicación me pareció que se acercaba más a la verdad.

De cualquiera manera, y comparándolos con los de España, me parece que las niñas y los niños son muy disciplinados. Yo creo que demasiado. Les enseñan tanto a obedecer órdenes que luego resulta muy difícil que luchen por sus derechos cuando son explotados o discriminados. Claro que con clases en las que hay hasta 60 alumnos y alumnas y con unos medios muy limitados, si no les enseñan disciplina no sé cómo el profesorado podría manejar la situación.

viernes, 25 de abril de 2008

Festival de los colores

Uffff, a ver si me pongo un poco las pilas con el blog, que lo vuelvo a tener bastante abandonado. Siguiendo con mi recuento de los festivales en India, esta vez le toca el turno a Holi, el festival de los colores. Tuvo lugar mientras estábamos en Jaipur, la ciudad rosa y capital de Rajastán. Llegamos la noche anterior y nos dijeron que el día de Holi por la mañana no nos aconsejaban salir del hotel porque era “muy peligroso”, que alguna gente bebe mucho ese día y se comportan “inapropiadamente”. Como sólo íbamos a estar un día allí, no lo íbamos a desperdiciar quedándonos en el hotel. Así es que decidimos afrontar los grandes peligros y salir a visitar la ciudad. Como podéis ver en la foto el gran peligro se redujo a vernos cubiertos de polvos de colores. Como para entonces yo ya había aprendido que no había que ponerse pantalones blancos ya estaba preparada con ropa de batalla. Y batalla hubo, aunque fue amistosa, porque también nosotros nos dedicamos a embadurnar a la gente con los polvos de colores. Lo pasamos bien, aunque no pudimos visitar los palacios, ya que estaban cerrados por ser día de fiesta. Al menos eso me da una buena excusa para volver otra vez.

jueves, 3 de abril de 2008

Por fin en el Taj Mahal

Aunque me había propuesto actualizar el blog más a menudo, se ha vuelto a pasar una buena temporada desde la última vez que lo hice. Al menos esta vez tengo una excusa bastante buena para no haberlo hecho. Los últimos días he estado muy liada con el trabajo y previamente me tomé unos cuántos días de vacaciones, totalmente alejada del ordenador, ya que por fin tuve mi primera visita. Mariví llegó desde tierras andaluzas y yo me tomé unos cuantos días libres para viajar con ella y hacer un poco de turisteo. Como no podía ser de otra manera, estuvimos en el Taj Mahal y aquí está la prueba gráfica: Mariví, Rakesh y yo con el Taj Mahal al fondo. Me gusto mucho y, desde luego, me parece digno de haber sido elegido como una de las Nuevas Siete Maravillas. Estuvimos unos días recorriendo el llamado Triángulo Dorado formado por las ciudades de Delhi, Agra y Jaipur, y que es uno de los destinos turísticos típicos de la India. Durante esos días vimos algunas personas extranjeras, pero menos de las que esperaba. Sobre todo el Taj Mahal estaba lleno de turistas nacionales a los que, por cierto, les encantaba sacarse fotos con nosotras (aunque en el caso de Rakesh no es un desconocido sino un amigo que viajaba con nosotras). Sobre todo Mariví tuvo un montón de requerimientos para fotografiarse con desconocidos y acabo convencida de que la habían confundido con alguna famosa.

viernes, 14 de marzo de 2008

Aprendiendo el idioma

Esta foto me encanta. Fui a un pueblo acompañando a unas personas que habían venido a visitar algunos de los proyectos. Cuando estábamos visitando una tiendita, estos niños se pusieron en la ventana. Un par de esas personas se pusieron a hacerles una foto y yo dije “Me too, me too” (por si alguien necesita traducción, significa “yo también” y se pronuncia “mi tú”), indicando que yo también quería hacer una foto. Entonces noté que algunas de las mujeres del pueblo que estaban con nosotros se ponían a mirar alrededor diciendo “mitú, mitú” y me di cuenta de que esa palabra debía significar algo en gujarati. Pregunté y me dijeron que significaba sal. Así es que de la forma más tonta aprendí una palabra nueva y seguro que no se me va a olvidar.

Otro día estaba visitando a unos jesuitas. Como ya había estado varias veces y conozco bien al cocinero y a la mujer que le ayuda, me acerqué a la cocina y decidí practicar mis escasos conocimientos de gujarati pidiéndoles un té “khand vogar”, que significa “sin azucar”. En cuanto lo dije soltaron unas risitas y me di cuenta de que debía haber dicho algo gracioso e inapropiado, pero por mucho que preguntaba, no había forma de que me explicasen qué había dicho. Al final conseguí que me dijeran que lo había pronunciado mal y que en vez de khand había dicho ghand (o algo así), que significa culo. Todavía se siguen riendo algunas veces cuando me ven, sobre todo si les pido un té, con o sin azucar.

miércoles, 5 de marzo de 2008

Mendhi

Después de la última entrada un tanto pesimista, y ya que he dicho en mi último comentario que hoy estoy más optimista, voy a continuar con una nota breve y más superficial. Cuando regresé de España me pasé a visitar a una amiga. Ella no estaba, pero estaban su madre y sus hermanas. Una de ellas, Muskan, se había hecho un diseño de mendhi en el brazo. Mendhi es la henna, que se utiliza para decorar los brazos, manos y pies. Es típico ponerlo para las bodas (especialmente la novia), pero también se lo hacen en otras ocasiones. Muskan se ofreció a hacerme un diseño y sin pensármelo mucho le dije que sí. Menos mal que le dije que sólo lo quería en uno de los brazos y me lo hizo en el izquierdo porque yo no sabía que había que dejarlo durante varias horas para que se seque, con lo que no pude utilizar esa mano durante un buen rato. El diseño que me hizo me recordó a las flores que dibuja mi tía Lici sobre papel. Es curioso que aunque ella jamás haya visto ningún mendhi, se invente diseños tan parecidos.

lunes, 25 de febrero de 2008

Mudanza

La semana pasada me trasladé de ciudad. He dejado Vyara, en el Sur del estado, para mudarme a Vadodara (o Badora, que es el nombre que le dieron los ingleses), una ciudad más grande, situada más cerca del centro y mejor comunicada (tiene hasta aeropuerto para vuelos domésticos). Parece mentira la cantidad de cosas que se pueden acumular en unos pocos meses. Como la casa donde vivía no estaba amueblada, tuve que comprar algunos muebles: un par de camas (ya que una de ellas hacía también las veces de sofá), un escritorio, una mesa de comedor, algunas sillas y una nevera. También tuve que comprar los enseres para la cocina, sábanas, toallas, … En fin, que para trasladarme he necesitado alquilar un camión. Me he cogido unos días de vacaciones primero para empaquetar todas las cosas y luego para desempaquetarlas (proceso que todavía no ha terminado).

Vivir en Vadodara tendrá ventajas: algunos de mis viajes serán más fáciles, podré ir al cine y entender lo que dicen (ya que hay un cine que pone una película en inglés), me podré dar lujos como irme a tomar un café y comerme un pastel, hay un bonito parque para pasear,… Pero también tendrá sus desventajas. La primera es la gente que he dejado en Vyara y otra es que me tendré que acostumbrar a los mendigos. En Vyara casi no había. Sólo la gente de una familia, que vivían bajo unos plásticos en la calle, me pedía a veces dinero cuando pasaba por delante. Pero se quedaban tan contentos si en vez de darles dinero les hacía una foto. Aquí la pobreza es más dura y están los “mendigos profesionales”. Es duro verles, sobre todo a los niños, (¡y más duro debe ser para ellos!). Normalmente les digo que no les doy dinero porque sé que esa no es la solución. A veces les doy unos caramelos o les compro algo de comida, ya que aunque sé que esa tampoco es la solución, me ayuda a lavar un poco la conciencia. Y a veces acabo por darles unas monedas: si acabo de gastarme cien rupias en un capricho ¿cómo puedo negarles aunque sea cinco rupias a ellos? Al final no sé muy bien si la única razón es quitármelos de encima… El otro día recibía un email de un amigo que me decía que le gustaba el blog porque sé ver esperanza, pero hay días en que eso resulta difícil.

viernes, 15 de febrero de 2008

De vuelta

Ya estoy de vuelta por estos otros mundos. Mi plan original era estar en España durante mes y medio, trabajando durante un mes y tomándome un par de semanas de vacaciones en la época de Navidad y Nochevieja. Al final el trabajo se acumuló y tuve que alargar la estancia un par de semanas más. Así es que al final regresé a Gujarat hace poco menos de un mes. Desde entonces he estado bastante liada, apenas parando en casa y no encontraba el momento para descargar fotos y subir alguna para publicarla, proceso que lleva bastante tiempo cuando no se cuenta con el lujo de la banda ancha. Finalmente me he podido sentar un rato y, de hecho, he preparado el borrador de estas líneas durante uno de mis viajes en tren. Esta vez viajaba en un vagón reservado para mujeres y sentada al lado de una chica musulmana tapada de pies a cabeza. El lugar me ha hecho pensar en una novela que he disfrutado recientemente: "El vagón de las mujeres" de la escritora india Anita Nair.

Los de la foto son porteadores de la estación de Mumbai, que cargan con las maletas y bultos de los pasajeros en muchas ocasiones colocándoselos sobre la cabeza. La foto la tomé antes de otro de mis viajes en tren, cuando llegué esta vez de España. En esta ocasión la llegada a la estación fue menos traumática que la primera vez. Decidí pasar la noche en un hotel de Mumbai, con lo que no me tuve que enfrentar de nuevo a la imagen de la gente durmiendo en la estación. De todas formas estoy segura de que no me hubiese impresionado tanto porque ya me lo esperaría y entiendo un poco mejor el contexto.