martes, 23 de enero de 2018

Donde va, triunfa

Donde va, triunfa
No, no hablo de mí. Algunos quizá os acordéis de una serie de anuncios de la cerveza San Miguel que giraban en torno a ese slogan. Yo pensé que eso era simplemente una ocurrencia publicitaria hasta que llegué a Nepal en el año 2002.

En el viaje que comentaba en la entrada anterior aterrizamos en Katmandú. Al llegar al bar del hotel donde nos alojábamos me preguntaron si quería tomar una San Miguel y yo pensé: en estos hoteles internacionales deben tener cervezas de todo el mundo y, como saben que soy española, quieren lucirse, pero preferí alguna bebida más autóctona. Al ir al restaurante noté que algunos comensales extranjeros estaban cenando pizza, pasta, filetes con patatas frítas… y yo pensé: ¿Quién viaja al otro lado del mundo para comer lo que mismo que pueden comer en su ciudad? Así que yo pedí un thali, una bandeja circular con pequeñas porciones de distintos currys.

De Katmandú viajamos a Pokhara, donde nos tuvimos que quedar un día más de la cuenta porque la guerrilla maoísta había declarado un día de huelga nacional. Eso implicaba que el país se paralizada por completo y estaban totalmente prohibidos los desplazamientos, so pena de cabrear a unos guerrilleros que no se andaban con tonterías. La guerrilla tenía bastante presencia en la zona rural donde nos íbamos a mover. De hecho, nosotros teníamos que llamar cada día a la oficina en Katmandú para confirmar que estábamos bien y nos dieron un teléfono satelital para utilizar en caso de que nos encontráramos en algún lugar sin teléfono fijo o cobertura de móvil.

Para llegar al pueblo en el que nos íbamos a alojar durante unos días, tuvimos que abandonar la carretera y desplazarnos siguiendo el cauce de un rio, cuyas aguas cruzamos en el 4x4 varias veces. Eso fue posible porque en esa estación el rio no llevaba mucha agua, pero cuando bajaba mucho caudal la zona solo era accesible a pie. Estaba en una zona que ellos denominan de colinas. Supongo que en un país con varios ochomiles, como el Annapurna, que vi de lejos, eso son colinas; en cualquier otro, son montañas, y de las altas. Pues en ese pueblo perdido en las colinas nepalís, me encontré un anuncio de San Miguel y me enteré de que era una de las cervezas más populares de Nepal, que se produce con licencia en el país. En esa zona pasamos alrededor de una semana, desayunando, comiendo y cenando arroz y curry vegetariano. Cuando regresé al hotel en Katmandú me comí un buen filete que bajé con una San Miguel fresquita, seguramente bajo la mirada de desaprobación de algún recién llegado.

lunes, 15 de enero de 2018

Navidad lejos de la familia

Comensales navideños
A finales del año 2002 viajé por primera vez a Asia para hacer un trabajo de consultoría durante un par de meses con el objetivo de evaluar un programa del PNUD en varios países. Viajé con Ruhi, mi amiga y colega de la India a la que conocía de Oxford y nuestra primera parada fue en Nepal. Allí nos separamos, yo me dirigí a Bangladesh y Maldivas y ella a Pakistán y Sri Lanka, para luego volvernos a encontrar en India. Como el viaje comenzó a mediados de diciembre, eso significaba que iba a pasar las Navidades lejos de la familia. Aunque yo ya había estado viviendo varios años en Inglaterra, siempre regresaba a casa para pasar esos días con la familia. Así es que sabía que me iba a sentir un poco extraña; más aún teniendo en cuenta que la iba a pasar en un país cuya religión oficial es el hinduismo y donde, por tanto, no viven la Navidad de una manera especial. Ruhi también lo sabía.

Antes de salir de Inglaterra, Ruhi, que es musulmana, me había estado preguntando cómo solía celebrar la Navidad, qué comíamos, etc. Yo se lo había contado, pero, como con tantas otras conversaciones que compartimos, no pensé que podía haber ninguna intención detrás de sus preguntas. El día de Nochebuena nos encontrábamos en Pokhara, en el centro de Nepal. Ruhi rebuscó en su equipaje y sacó un paquete de “marzipan”, parecido a nuestro mazapán pero con forma de frutas, y otro de “nougat”, parecido a nuestro turrón duro pero algo más correoso.  Dulces sus regalos y aún más dulce ella.

Esa noche mis compañeros de cena fueron Ruhi y los miembros del equipo nepalí que estaba implementando el proyecto. Una musulmana y tres hindús. El plato principal fue un curry, pero compartiendo los postres que Ruhi me había traído y hablando con ellos sobre lo que esas fechas significan para mí, se convirtió en un auténtico menú navideño.

lunes, 8 de enero de 2018

Recuperando el blog


Álbum - Navidad 2017
He decidido recuperar este blog que escribí cuando vivía en la India. Llevaba un tiempo dándole vueltas, probablemente desde que hace unos meses lo compartí con Silvina y me dijo que debería seguir escribiendo. La idea regresó cuando Ruhi me pidió fotos para completar el álbum que se va a auto-regalar por su 50 cumpleaños, lo que me llevó a revisar las fotos del tiempo que compartimos en Oxford, de cuando viajamos juntas a Nepal y la India y de cuando la visité allí años más tarde. Además, hace unas semanas falleció mi tío Herminio, que era uno de mis (escasos) seguidores fieles. Eso me hizo entrar de nuevo en el blog para echar una ojeada a sus comentarios y me di cuenta de que disfruté de ver las fotos, leer lo que escribí y volver a recordar esos momentos. Por eso me planteé que uno de mis propósitos del Año Nuevo tenía que ser retomar el blog, recuperando fotos de cuando he andado “por otros mundos” y poniendo por escrito algunos recuerdos. Supongo que eso es algo que siempre tuve en mente y por eso llamé así el blog, en vez de dedicarlo únicamente a la India.

Como con otros buenos propósitos, este ha estado a punto de quedarse en la recámara sin que me decidiera a ponerlo en marcha, pero resulta que los Reyes Magos me han traído este álbum con un montón de recuerdos en forma de foto y este ha sido el detonante para retomar esta idea y, en el futuro, tener unas cuantas más entradas que releer y saborear.

Ahora los blogs tienen un aspecto más moderno y fotos de buena calidad, pero yo voy a mantener la imagen retro. ¡Bastante tengo con pensar en el contenido como para ponerme a innovar con la estética! La idea es ir publicando una nueva entrada cada semana. Así que, mientras llega la siguiente, os podéis entretener (re)leyendo las entradas antiguas.

viernes, 20 de junio de 2008

Comienzo de curso

De nuevo he dejado abandonado el blog durante otra temporadita. Estuve como mes y medio en España, pero ya estoy de regreso por tierras gujaratis.

En España el curso escolar está a punto de terminar. Por aquí, sin embargo, acaba de comenzar. Los meses más calurosos son los de abril y mayo y por eso es en esas fechas cuando las escuelas tienen las vacaciones de verano.

En la foto se ve a un grupo de niños y niñas haciendo cola para entrar a clase en una escuela en Vadodara. La escuela es mixta pero, como se ve, en la cola los chicos están separados de las chicas. También se sientan separados en clase, los chicos en unas filas y las chicas en otras. Incluso en el patio estaban jugando o hablando en grupos separados. Les pregunté a unas niñas si no se juntaban con los chicos durante los recreos y me dijeron que no. Una decía que era porque tenían gustos distintos: a los chicos les gusta correr y la actividad física, mientras que las chicas prefieren hablar con sus amigas. Sin embargo, otra chica me contó que no se juntaban con los chicos porque el director se lo prohibía. Esta explicación me pareció que se acercaba más a la verdad.

De cualquiera manera, y comparándolos con los de España, me parece que las niñas y los niños son muy disciplinados. Yo creo que demasiado. Les enseñan tanto a obedecer órdenes que luego resulta muy difícil que luchen por sus derechos cuando son explotados o discriminados. Claro que con clases en las que hay hasta 60 alumnos y alumnas y con unos medios muy limitados, si no les enseñan disciplina no sé cómo el profesorado podría manejar la situación.

viernes, 25 de abril de 2008

Festival de los colores

Uffff, a ver si me pongo un poco las pilas con el blog, que lo vuelvo a tener bastante abandonado. Siguiendo con mi recuento de los festivales en India, esta vez le toca el turno a Holi, el festival de los colores. Tuvo lugar mientras estábamos en Jaipur, la ciudad rosa y capital de Rajastán. Llegamos la noche anterior y nos dijeron que el día de Holi por la mañana no nos aconsejaban salir del hotel porque era “muy peligroso”, que alguna gente bebe mucho ese día y se comportan “inapropiadamente”. Como sólo íbamos a estar un día allí, no lo íbamos a desperdiciar quedándonos en el hotel. Así es que decidimos afrontar los grandes peligros y salir a visitar la ciudad. Como podéis ver en la foto el gran peligro se redujo a vernos cubiertos de polvos de colores. Como para entonces yo ya había aprendido que no había que ponerse pantalones blancos ya estaba preparada con ropa de batalla. Y batalla hubo, aunque fue amistosa, porque también nosotros nos dedicamos a embadurnar a la gente con los polvos de colores. Lo pasamos bien, aunque no pudimos visitar los palacios, ya que estaban cerrados por ser día de fiesta. Al menos eso me da una buena excusa para volver otra vez.

jueves, 3 de abril de 2008

Por fin en el Taj Mahal

Aunque me había propuesto actualizar el blog más a menudo, se ha vuelto a pasar una buena temporada desde la última vez que lo hice. Al menos esta vez tengo una excusa bastante buena para no haberlo hecho. Los últimos días he estado muy liada con el trabajo y previamente me tomé unos cuántos días de vacaciones, totalmente alejada del ordenador, ya que por fin tuve mi primera visita. Mariví llegó desde tierras andaluzas y yo me tomé unos cuantos días libres para viajar con ella y hacer un poco de turisteo. Como no podía ser de otra manera, estuvimos en el Taj Mahal y aquí está la prueba gráfica: Mariví, Rakesh y yo con el Taj Mahal al fondo. Me gusto mucho y, desde luego, me parece digno de haber sido elegido como una de las Nuevas Siete Maravillas. Estuvimos unos días recorriendo el llamado Triángulo Dorado formado por las ciudades de Delhi, Agra y Jaipur, y que es uno de los destinos turísticos típicos de la India. Durante esos días vimos algunas personas extranjeras, pero menos de las que esperaba. Sobre todo el Taj Mahal estaba lleno de turistas nacionales a los que, por cierto, les encantaba sacarse fotos con nosotras (aunque en el caso de Rakesh no es un desconocido sino un amigo que viajaba con nosotras). Sobre todo Mariví tuvo un montón de requerimientos para fotografiarse con desconocidos y acabo convencida de que la habían confundido con alguna famosa.

viernes, 14 de marzo de 2008

Aprendiendo el idioma

Esta foto me encanta. Fui a un pueblo acompañando a unas personas que habían venido a visitar algunos de los proyectos. Cuando estábamos visitando una tiendita, estos niños se pusieron en la ventana. Un par de esas personas se pusieron a hacerles una foto y yo dije “Me too, me too” (por si alguien necesita traducción, significa “yo también” y se pronuncia “mi tú”), indicando que yo también quería hacer una foto. Entonces noté que algunas de las mujeres del pueblo que estaban con nosotros se ponían a mirar alrededor diciendo “mitú, mitú” y me di cuenta de que esa palabra debía significar algo en gujarati. Pregunté y me dijeron que significaba sal. Así es que de la forma más tonta aprendí una palabra nueva y seguro que no se me va a olvidar.

Otro día estaba visitando a unos jesuitas. Como ya había estado varias veces y conozco bien al cocinero y a la mujer que le ayuda, me acerqué a la cocina y decidí practicar mis escasos conocimientos de gujarati pidiéndoles un té “khand vogar”, que significa “sin azucar”. En cuanto lo dije soltaron unas risitas y me di cuenta de que debía haber dicho algo gracioso e inapropiado, pero por mucho que preguntaba, no había forma de que me explicasen qué había dicho. Al final conseguí que me dijeran que lo había pronunciado mal y que en vez de khand había dicho ghand (o algo así), que significa culo. Todavía se siguen riendo algunas veces cuando me ven, sobre todo si les pido un té, con o sin azucar.